Miedo

 

 

Recuerdo una discusión: Una persona, anciana, está enferma. Tiene sintomas molestos y dolorosos. El médico diagnostica un cáncer terminal. No se lo dice al paciente, pero si a su familia. La familia decide no decirle nada al enfermo.

El miedo es infinito, tiene los límites de nuestra imaginación. Una enfermedad, por muy mal diagnóstico que tenga, es finita, abarcable.

En mi opinión siempre es mejor saber, porque la incertidumbre genera un temor inmanejable.

 

«Ahora sólo te queda un camino, examinar tu miedo.

Adéntrate en él silenciosamente para descubrir su profundidad.

A veces te darás cuenta de que no es demasiado profundo.»

— Osho

 

Una historia:

Un hombre que caminaba por la noche se resbaló de una roca. Creyendo que podía caerse miles de metros porque sabía que había un profundo valle, se agarró a una rama que colgaba encima de la roca. Lo único que podía ver por la noche es que estaba en un abismo sin fondo. Gritó; un eco respondió a su grito…, no había nadie que le escuchara.

Podrás imaginarte la noche de tortura que pasó este hombre. La muerte estaba al acecho en cada momento, sus manos se estaban enfriando, perdía la sujeción… y cuando empezó a salir el sol miró hacia abajo y se rió: no había ningín abismo. Diez centímetros más abajo había una roca. Podía haber descansado toda la noche, podía haber dormido bien -la roca era bastante grande-, pero esa noche había sido una pesadilla.

A través de mi experiencia te puedo asegurar que el miedo no tiene más de diez centímetros. Pero todo depende de ti: puedes agarrarte a una rama y convertir tu vida en una pesadilla, o soltar la rama y valerte por ti mismo.

No tienes nada que temer.

 

Osho, Coraje. La alegría de vivir peligrosamente

 

Fotografía cabecera (cc) por: Krudo